Antiguos miembros de las Farc reconocen crímenes contra pueblos del norte del Cauca y sur del Valle

En un hecho significativo para la búsqueda de verdad y reparación en Colombia, nueve exintegrantes de las extintas Farc, pertenecientes a las columnas móviles ‘Jacobo Arenas’ y ‘Gabriel Galvis’, reconocieron su responsabilidad por una cadena de crímenes cometidos contra pueblos indígenas, comunidades afrodescendientes y población campesina en el norte del Cauca y sur del Valle del Cauca.

Durante la Audiencia de Reconocimiento del Caso 05 ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), los comparecientes admitieron su participación en asesinatos, desapariciones forzadas, reclutamiento de menores, confinamientos, ataques a la población civil y siembra de minas antipersonal, hechos que afectaron a más de 180.000 víctimas acreditadas.

Durante cuatro días de audiencia, las víctimas, representadas en 156 sujetos colectivos, expusieron el profundo daño causado durante décadas de conflicto. Lideresas afrodescendientes narraron cómo la violencia les "quitó el duelo", despojándolas de sus rituales funerarios ancestrales, mientras autoridades indígenas de los pueblos Nasa, Misak y Yanakona, entre otros, detallaron ataques a su autonomía, medicina tradicional y lugares sagrados.

Los excombatientes reconocieron hechos emblemáticos como el asesinato de 10 personas en el bar Los Recuerdos, la muerte del profesor Nasa Epifanio Latín, el reclutamiento y asesinato de la menor Aída Luz Moscué Dagua, y el homicidio de la líder campesina Leopoldina Valencia, cuyo nombre fue públicamente reivindicado tras años de estigmatización.

Al cierre de la diligencia, el magistrado Raúl Eduardo Sánchez, relator del caso, destacó la importancia de los reconocimientos para avanzar en el esclarecimiento histórico y llamó a las entidades del Estado a adoptar medidas urgentes de protección. Esta audiencia, un hito para 19 municipios de la región, reafirma que la verdad sobre los patrones de violencia territorial es la base para la no repetición y la reconstrucción del tejido social en estos territorios étnicos profundamente afectados por el conflicto armado.